ACEPTACIÓN

ACEPTACIÓN

Me interesa la crítica, la belleza, la sensibilidad, la ironía respetuosa, la armonía, lo penetrante, lo estético, la ética pero sin que intervenga expresamente en la obra, sea haciendo un juicio intelectual o que la expresión mimètica de la realidad, que impone la necesidad comunicativa y moral la domine. Todavía no puedo trasladar estos valores, de repente, a la tela. Soy quien soy, en este preciso momento, y pinto desinhibido y sin complejos.(estoy pensando que arrastro una buena pandilla de estos!).

Acepto la realidad que me rodea y emana de mí, como cuando sufro un ataque de discernimiento o me ahogo en angustias sin sentido. Acepto lo que soy y me perdono, si hace falta. Sin este perdón, sin esta comprensión de mí mismo, sin la conciencia propia y del momento en el cual me encuentro, el camino, ante mí, se borra, desaparece. Aceptarme es, también, dejar de compararme. Si lo hiciera quedaría abatido por la poderosa presencia de trabajos “superiores” de otros artistas.

Aquí está el engaño. Primero en la comparación, después, pensar que su camino de una manera u otra, interfiere con el mío. La decisión es intransferible mente propia, si mi objetivo es crear de fuentes propias. Ser capaz de una aceptación real, significa verse en realidad. En el medio arte, estas apreciaciones, son sutiles, además de que van estrechamente unidas a nuestro psiquismo.