POESIA Y ESTADOS DE CONSCIENCIA
La poesía en manos de un poeta, se convierte, en cierto modo, como con otras actividades, en un oficio. Aunque es el oficio, menos oficio de todos. Es el oficio de vivir y saber dejar sobre la mesa, voces-alimento para almas con hambre, la primera la suya. Un artesano de palabras y sonido, y sobre todo de atmósferas, no solamente sensacionales, más o menos sugestivas, si no de mensajes con contenido sustancial.
Ella, es de las pocas y escogidas actividades dónde, además de oficio, requiere de un estado de conciencia diríamos que especial. Primero existe el estado, más tarde habrá el ejercicio y experiencia con los materiales y por fin, el oficio. Combinado, desembocará en la fluidez y el discurrir de la visión inmediata.
El oficio aporta la lengua, la estética?, la forma. Si el oficio ahoga los otros compañeros de viaje, el poeta, deja de serlo en su plenitud. Y digo ahoga porque la palabra, el lenguaje no siempre transparenta certezas y realidades. A veces se convierte en instrumento que tapa, cubre y distorsiona y es entonces que el lenguaje se convierte en instrumento para la confusión, escenario siempre de dominio de unos sobre otros. Es cuando el lenguaje distorsiona la realidad, cuando no explica y se desajusta de ella, que lo denominamos mentira?
Tengo ganas de pensarlo esto, y cómo se produce, en los asuntos estéticos esta instalación, puntual o progresivamente y con qué grado de consciencia. La energía especial del poeta, su capacidad info-comunicativa, dará vigor, entusiasmo y energía nerviosa al poema. Revestida de energía-poética, la forma vibrará como lo hace un instrumento musical, con armonía. Sin esta energía, la forma resta fría, mental y vacía.
Un hoyo sin emociones que aniden y prolonguen la vida. Un instrumento que carece de lo esencial, la presencia activa del músico interprete. Una realidad sin artificios, desvestida, desvestida de ruidos, revestida de una claridad que lo hace todo delicadamente especial.
El poeta, el iniciado, es capaz de ver y descubrir esta realidad que parece que está enamorada “de otra” realidad. Vivencias de frontera. No me estoy refiriendo en fronteras entre naciones. Son fronteras entre estados. Estados de consciencia.